Tabaco hondureño, entre los

mejores del mundo.

El tabaco hondureño cuenta con la mejor mano de obra del mundo, la de Danlí, El Paraíso.

 

Las marcas Columbus, Edición Roja y La Armada son puros hondureños hechos a mano, que desde enero se están comercializando en el mercado libanés. El puro es fabricado en Danlí, El Paraíso, uno de los principales centros productores de tabaco en Honduras.

El producto es exportado por la fábrica de Puros Internacional, que gerenta el libanés, nacionalizado hondureño, Rayan Dagher, que también busca abrirse mercados en Siria y Kuwait.

“El primer contenedor de puros se ha vendido en tres semanas; son 100,000 puros que mandamos al mercado libanés y gracias a Dios ya están vendidos”, dijo Dagher a D&N.

Es un puro netamente hondureño, que con mucho orgullo, por primera vez, yo tuve el honor de hacer una marca y mandarla”. Dijo que este es un producto que fue hecho “al gusto de los libaneses. Un puro (de sabor) fuerte”.

Los habanos se están comercializando en diferentes presentaciones, tamaños y sabores. Hay cajas de cinco, de 20, 50 y hasta de 100 puros, las que pueden llegar a cotizarse entre 150 y 200 dólares.

Un mercado difícil

Dagher dijo que llegar al mercado libanés no ha sido fácil. “Es un mercado donde casi nadie logra competir”, pero su presencia allá se ha visto facilitada porque su madre es la representante de su empresa en aquel país.

“Nosotros estamos logrando entrar fuertemente al Medio Oriente porque nosotros estamos allá. Estamos compitiendo con el puro cubano, que tiene reputación pero no en calidad, y nosotros, gracias a Dios, estamos saliendo primeros en ventas en Líbano, más que todo; y en Siria y en Kuwait”, manifestó.

Dagher dijo que este es un mercado en el cual deben de pelear nichos comerciales con la fama de los habanos cubanos, unidos históricamente a las figuras de Fidel Castro y Ernesto “El Che” Guevara.

“A ellos les competimos con nuestra calidad, con nuestro trabajo y nuestra mano de obra, la mano de obra de Danlí, que es la mejor mano de obra del mundo”.

El 70% de la producción de tabaco de Honduras se registra en el valle de Jamastrán, en el oriental departamento de El Paraíso, un 7% en Olancho, un 6% en Francisco Morazán y un 7% en Copán, en el occidente.

La producción ronda 100 millones de unidades de puros al año. Honduras produce anualmente un promedio de 100 millones de unidades de puros al año, los que se comercializan en un 90% en el mercado estadounidense, pero también en países más lejanos como Francia, Alemania, Suiza, España, Hong Kong, Rusia, República Checa, Romania, más Líbano, Kuwait y Siria, en el Medio Oriente.

Los productores hondureños también han iniciado negociaciones para entrar al mercado asiático, como lo está haciendo Nicaragua.

“Asia es un mercado con un alto potencial”, dijeron a D&N miembros de la Asociación de Productores de Tabaco y Fabricantes de Puros de Honduras (Aprotabacoh). La industria registró en 2014 un crecimiento en la producción del 3%. Para 2015, proyectan crecer al 5%.

Ranking mundial

Según los registros de Aprotabacoh, en el país se elaboran alrededor de 250 marcas de puros, las que registran altos volúmenes de venta en los mercados donde se comercializan.

Al menos una docena de esas marcas han logrado posesionarse en los ranking de revistas y organismos especializados en el mundo.

Flor de Selva, Black Market, 5 Vegas, Privada 7-20-4, J Fuego, Rocky Patel, Vintaje, Década, Casino Gold y Catracho son, entre otras, las que han logrado ocupar esos sitiales de honor. Eiroa, Cle, Flor de Copán, Buenos Amigos y Humo Jaguar se unen al listado de marcas que pelean palmo a palmo un espacio en los gustos de los más refinados fumadores del mejor tabaco del mundo.

La revista especializada CigarAFicionado incluyó en su lista de los Best Buys 2014 cinco marcas hondureñas: The Hustler Series Dog Walker, en el segundo puesto con un puntaje de 91; y Casino Gold HRS Jack, Hoyo de Monterrey Governor, The Big Payback Chavala y Alec Bradley Black Market Punk.

Las marcas hondureñas comparten esta lista con otras 20 marcas de México, Nicaragua y República Dominicana. Para calificar a esta lista un cigarro tiene que marcar 88 puntos o más y tener un coste de seis dólares o menos.

En el top de los 25 mejores cigarros, en el puesto 16 está el puro Alec Bradley Mundial No. 5, del que dice incluye una envoltura de la región de Trojes, El Paraíso, Honduras.

¿Qué nos depara 2015?

Rayan Dagher dijo que “aunque todo mundo está diciendo que por el desbloqueo de Estados Unidos a Cuba vamos a bajar, yo puedo decir con mucha seguridad que la gente se va a dar cuenta que el puro hondureño es el mejor”.

“Todas las fábricas estamos trabajando unidas para mejorarnos al alto nivel y estar competiendo con el mejor puro, calidad de cajas y de presentación”, agregó.

Honduras ha comenzado a diseñar y elaborar las presentaciones de las cajas en las que se comercializan los puros, lo que aporta valor agregado al producto que sigue ganando espacios en el mercado internacional.

Mayo 2015

 

 

 

La tradición tabaquera en

Copán se resiste a desaparecer

Solo en Santa Rosa de Copán se producen 20 millones de puros.

Algunos clientes piden personalizar con sus nombres las envolturas de los puros. Fotos: Franklyn Muñoz.

 

Santa Rosa de Copán, Honduras.

Pese a las plagas y el desafío de ser un producto para un reducido mercado, el tabaco en esta ciudad continúa ubicándose entre los tres productos agrícolas más importantes, superado solo por la producción de café y los granos básicos.

La finca Yarguera vende la materia prima a La Flor de Copán, una fábrica que produce cerca de 20 millones de puros al año. Parte de ellos se distribuye a la tienda de puros Tabacos de Honduras, ubicada en el casco histórico.

El son de las campanas de viento dan la bienvenida al local. Al interior, en una sala con paredes de madera, resalta el distintivo olor a tabaco y la selecta presentación del producto. “La fábrica comenzó en 1976, pero el tabaco siempre ha estado presente en la vida de Santa Rosa de Copán”, refiere Cecilia López, administradora de Tabacos de Honduras.

La industria ha tenido una fuerte influencia hasta en el parque La Libertad, llamado así en honor al libre pensamiento que caracterizó a los cosechadores de tabaco a principios del siglo pasado. Las figuras más importantes de la ciudad son reconocidas a través de ingeniosos nombres para los puros. Uno de ellos es el del empresario Manuel Bueso Pineda, quien es recordado cada vez que alguien abre una caja de puros “Don Melo”.

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Tabacos de Honduras está ubicada en el casco histórico de Santa Rosa de Copán.

A gran escala

Según el índice mensual de actividad económica (Imae) del Banco Central de Honduras (BCH), la industria del tabaco reportó un crecimiento de 2.6% de enero a noviembre de 2014. Esta actividad genera 100 mil empleos en todo el país y deja $130 millones anuales por concepto de exportación a los mercados de Estados Unidos, Centroamérica, República Dominicana, el Caribe y Colombia. 

Según datos de la embajada de Honduras en Colombia, el tabaco es el producto hondureño que más importa ese país susdamericano. “El puro nos pone al tope de las listas y es el que mantiene la reputación del tabaco en Honduras. Los extranjeros los buscan por esas cualidades”, dice Sandra Guerra, empresaria copaneca.

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Algunos clientes piden personalizar con sus nombres las envolturas de los puros.
Febrero 2015

MAYA SELVA:EMBAJADORA DEL TABACO

HONDUREÑO.

Maya Selva: Embajadora del tabaco hondureño

Del 12 al 17 de febrero, Honduras celebra la primera edición del Festival Humo Jaguar,que coloca a nuestro país en la mira mundial de una antigua tradición, muy arraigada en los  grandes salones del mundo desarrollado.

Un mundo donde el tabaco hondureño ya se reconoce como uno de los mejores del planeta, y con justa razón. Hallazgos arqueológicos revelan que el puro tiene sus raíces en el Mundo Maya, donde se han encontrado restos de un puro que data del año 400 D. de C.

Maya, casualmente, es el primer nombre de la principal impulsora, por Aprotabacoh (Asociación de Productores de Tabaco de Honduras), de Humo Jaguar, que trajo en el 2011 a 150 connoiseurs por un grandioso tour que incluyo a San Pedro Sula, Copán Ruinas, Danlí y Tegucigalpa. Con visión y espíritu emprendedor, Maya ha dado un toque femenino a una industria de vital importancia para la economía nacional.

Visitando con ella los campos de tabaco del Departamento de El Paraíso, conocimos a una mujer visionaria, que ha posicionado dignamente el nombre del tabaco de Honduras en la Comunidad Europea y Estados Unidos, alternando entre Honduras y su centro de operaciones en su natal París.

Viaje al mundo del tabaco

La aventura comenzó temprano una mañana de jueves. La comitiva de la revista Cromos arrancó cuando el sol se asomaba por el horizonte, emprendiendo viaje por la carretera a Danlí, al sureste de Tegucigalpa, atravesando el valle del Zamorano y serpenteando por pequeños valles y colinas hasta llegar a nuestro destino a las afueras de la ciudad de las colinas.

Nuestra primera parada fue en las oficinas de Tabacos del Oriente, una de las mayores fábricas del ramo en Honduras, hermosa instalación cuya entrada, cubierta de coloridos murales, representa escenas de los campos de la zona, que hoy en día concentra casi tres cuartas partes de la producción nacional de puros, empleando a 16 mil personas.

La fábrica emplea a unas tres mil personas, y produce marcas como María Mancini, Maxx, Casa Magna, La Libertad, La Floridita y por supuesto, Flor de Selva, de la que Maya es creadora y que la convierte, en apenas quince años, en una de las fabricantes y promotoras más reconocidas del mundo, posicionando los mejores puros hondureños en los principales punto de ventas del continente Europeo, en especial de la Ciudad Luz.

En Tabacos del Oriente

Joven, de espíritu positivo y perenne sonrisa, Maya nos regala un rápido recorrido por las diferentes etapas de la fabricación del puro (o tabaco), una vez las hojas han sido traídas, ya procesadas, desde el beneficio, donde se selecciona, clasifica y fermenta la hoja de tabaco.

Recorremos las diferentes zonas de la fábrica: el área asignada para el despalillo, que consiste de quitarle la vaina central a las hojas, la zona de los torcedores, la de control de calidad, la de almacenamiento y la de empaque.

Maya se detiene en una mesa, y saludando a las obreras, se enrolla rápidamente una enorme hoja de tabaco color café alrededor del antebrazo, arrancando la vaina central de un solo tirón mientras bromea con las señoras, quienes aprueban su demostración de la técnica, previa al estirado, planchado y torcido del puro, actividades que se realizan en otras áreas de la instalación, en la que predomina la fragancia del tabaco fermentado.

Sostenemos una breve entrevista con un caballero llamado Conrado Plasencia, quien nos recibe en una amplia oficina repleta de memorabilia de la industria del tabaco hondureño y cubano.

Plasencia nos cuenta que sus antepasados, originarios de las islas Canarias, España, comenzaron, alrededor del año 1880, a cultivar la planta de tabaco en la zona aledaña a San Luis de Pinar del Río, al occidente de Cuba.

Ya para entonces, el tabaco tenía gran demanda en Estados Unidos, España e Inglaterra. Durante el auge de esta industria en Cuba previo a 1959, los productores lograron dominar a la perfección las técnicas de selección de tierras y zonificación de diferentes modalidades de la planta, y el dominio de los pasos del proceso de producción de tabacos.

A la llegada del sistema socialista, fueron intervenidas las fábricas de la isla, pasando todo a manos del Estado, lo que supuso un desastre para los avances que se habían logrado hasta aquel momento. A principios de los años 60, y al ver la falta de libertad prevalente, comenzó la búsqueda de nuevas opciones.

La ruptura de las relaciones comerciales entre Cuba y Estados Unidos representó una reducción de los inventarios en la nación del norte, por lo que se comenzaron a buscar alternativas para el cultivo de la planta, encontrándose magníficas tierras en el valle de Copán, en Honduras y eventualmente al sur, en el valle de Jamastrán.

La fabricación de puros  en Honduras, apunta Plasencia, había comenzado ya dos siglos atrás en Honduras, incluyendo en 1898 la inmigración del general Máximo Gómez, cubano.

En esta parte del relato, debimos excusarnos con don Conrado, pues la premura nos obligó a volver con Maya Selva, quien debía llevarnos a los campos de tabaco, para lo que teníamos el tiempo limitado. Nos despedimos temporalmente de Tabacos del Oriente y continuamos nuestro tour, dirigiéndonos a la finca tabacalera Santa Eulalia, donde crecen las plantas de tabaco que dan vida a los puros Flor de Selva.

La pasión de Maya

Maya Selva nació en París, Francia, hija del matrimonio que forman Carlos Selva Reina, ingeniero civil hondureño y Marie Claire Andrieux, economista francesa.

La mayor de cuatro hermanos, Maya viaja a vivir a Honduras, creciendo junto a su familia en la histórica cuesta de La Leona, en la casa rosada donde residiese un tiempo también la familia Cantero. Su adolescencia transcurrió inmersa en el medio intelectual local, muy bohemio, impregnado de la esperanza y el humanismo típicos de la década de los 70.

Caminaba, todos los días, por las calles del centro de Tegucigalpa, pasando por el legendario Jardín de Italia, la Joyería Cantero, Larach y Compañía y la célebre Casa Uhler, pasando frente a la entonces Casa Presidencial hasta cruzar el puente Mallol, para llegar hasta la Alianza Francesa, ubicada en Comayagüela, sede por varios años del Liceo Franco Hondureño, donde realizó sus estudios de primaria y secundaria.

Concluida su educación básica, regresó a Francia, donde cursó una ingeniería en sistemas y después a Estados Unidos, a realizar una maestría en Investigación de Operaciones.

A sus 24 años de edad, regresó a Honduras, convencida de todo corazón que era su deber solidarizarse, colaborando a solucionar de alguna forma la aguda problemática del país. Al no encontrar trabajo, debió viajar a París, donde persistió en la idea de aprovechar su posición para hacer algo por Honduras, particularmente en la rama de las exportaciones.

Durante la apertura de Europa del este, descubrió la popularidad del puré de banano en aquella zona del mundo, investigando y haciendo las averiguaciones correspondientes para dedicarse a exportarlo. Debió desistir debido en parte a la falta de apoyo y a una gran cantidad de dificultades inherentes a dicho negocio.

Por esos días, el círculo de amigos que frecuentaba con su novio (y eventual esposo Philippe Thiolat) fumaba puros, y le sorprendió descubrir  que no existía en aquel momento en toda Francia una sola marca de puros que dijese “Made in Honduras”.

De regreso a Honduras visitó a don Jorge Bueso, dueño de la marca “La Flor de Copán” en la ciudad de Santa Rosa, quien se tomó el tiempo para explicarle los pasos del proceso de fabricación de puros, llevándola a los sitios donde se procesaba el producto en sus distintas fases. Interesada en realizar un proyecto de tabacos, visitó las zonas de Honduras donde se elaboraba el producto. Unos amigos le hablaron de Néstor Plasencia, quien emigrase a Honduras hacía varias décadas.

En él, Maya encontró a su mentor, una persona que ama a Honduras, y que le enseñó, en poco tiempo, todo lo que necesitaba saber sobre el arte de hacer tabacos (o puros). Se vino a vivir a Danlí, aprendiendo junto a Andrés Díaz, encargado de materia prima, a conocer los secretos del cultivo y procesamiento de la planta.

Con Máximo Trujillo, encargado de Liga, descubrió no sólo que cada puro tiene una receta específica, sino que formularla es todo un arte, destreza para la que Maya demostró un talento especial que, finalmente, la movió a hacer de los puros no solo su negocio, sino su vida.

Profundizó en las tres economías involucradas en el proceso: la del campo (con el cultivo de la planta), la del beneficio (con el manejo de la materia prima y su fermentación), y finalmente la de la fábrica, donde aprendió el proceso de liga y a lograr una receta ganadora.

Hoy, Maya Selva ha creado y posicionado en el mercado europeo la marca Flor de Selva, de la cual se producen un millón de unidades al año, junto con las más de 200 marcas que salen de la fábrica Tabacos del Oriente.

En los campos

Para conocer el sitio donde nace Flor de Selva, marca en la que nos concentramos para esta edición de Cromos, viajamos desde Tabacos del Oriente hasta el punto donde se cultivan las hojas de Flor de Selva, en la finca Santa Eulalia, donde en un campo sembrado de plantas color esmeralda, nos dimos a la tarea de transformar a Maya Selva, para capturar con el lente de Saúl Larios el espíritu de una dama que ha encontrado, con ingenio, mística de trabajo y mucha disciplina, un negocio que le permite participar de una maquinaria productiva que le genera anualmente 125 millones de lempiras (según datos de 2008 del BCH) a nuestro país.

Una industria cuyos productos Maya Selva ha logrado colocar en sitios como el Hotel Ritz  y el restaurante Guy Savoy de París, entre muchos otros en Francia y toda la Comunidad Europea y Estados Unidos.

Es así como los tabacos de nuestras tierras, trabajados con manos hondureñas, llegaron hasta los puntos más exclusivos del mundo. Es un producto catracho, elaborado por hondureños productivos, varios a los que tuvimos el privilegio de conocer durante nuestro breve periplo.

Por ejemplo, durante la visita de campo, nos auxiliaron personas como el Chele, su esposa y sus hijas, quienes con la sencilla dulzura del hondureño, nos prestaron el corredor de su casa para acampar temporalmente. Platicamos también con don Concho, un ingeniero que con enorme conocimiento y experiencia coordina las actividades que se realizan en 450 manzanas de cultivo de tabaco entre las fincas Santa Eulalia y La Música.

Caminamos también dentro de las Casas de Tabaco, enormes galerones de madera ubicados junto a los sembradíos de la planta, tocando con nuestras propias manos los cujes, barras de madera de donde cuelgan las hojas de tabaco en los diferentes momentos del proceso, caminando de estancia a estancia, sintiendo en el aire las diferentes temperaturas a las que son sometidas las hojas de tabaco en el proceso de secado o pérdida de clorofila, antes de llevarlas al beneficio.

También conocimos los viveros, donde acariciamos con la mirada las pequeñas y delicadísimas hojitas verdes de la planta, siendo testigos de los meticulosos controles de calidad a las que son sometidas para lograr excelencia en el producto final.

Para terminar el día, regresamos a Tabacos del Oriente a hacer las últimas fotos de nuestra protagonista con los puros terminados, hermosamente empacados en sus emblemáticas cajas de madera de cedro.

Durante el viaje de regreso, al detenernos a cargar gasolina, pudimos constatar, compartiendo con Maya una merienda de mango verde con sal, que Selva es tan hondureña como nosotras, y que a pesar de vivir gran parte del año con su familia en su apartamento a dos cuadras de la Torre Eiffel, se ha integrado al campo perfectamente, para fundir lo mejor de dos mundos y hacer algo positivo y productivo por su país, que también es Honduras.

Aplaudimos, finalmente, la maravillosa iniciativa que representa el festival Humo Jaguar, anticipando la emoción de conocer, cada dos años, los avances y novedades de un selecto grupo de personajes que a nivel mundial representan las miles de personas que se regalan como recompensa a un día de duro trabajo, el placer especial y el justo derecho a degustar un buen tabaco, un puro hondureño, el mejor del mundo.